El Sagrado Corazón de Jesús
por el Padre Julio Chevalier.
Fundador de los Misioneros del Sagrado Corazón
(Trad. española De Xavier Vergés MSC)

(Continuación)
C APITULO III


El Sagrado Corazón de Jesús, remedio de los males de la Sociedad


I. El mundo moderno perecerá si no se convierte.- La impiedad se desborda.- Formas diversas del mal, o matices de Liberalismo, más funesto a la Iglesia, que una impiedad declarada.- El Liberalismo es tan funesto a la religión y a las almas que a la sociedad.- El único remedio a este gran mal es el Sagrado Corazón de Jesús             

II. Promesa dada al mundo que envejece por Nuestro Señor mismo, el Sagrado Corazón ha dado a nuestro siglo esta promesa suprema como último esfuerzo de su divino amor.- Es para ser perfectamente amado, que el Hijo de Dios ha entregado su Corazón.- Esperanza de la Iglesia y de la sociedad: este Corazón, curará todos los males. Palabras de Pío IX... La vista de este Corazón sangrante eminentemente puro y limpio, así como la devoción de la que es signo visible, ha despertado en las almas el amor hacia Nuestro Señor, principalmente en el misterio de su Pasión y del Santísimo Sacramento del altar.- Ninguna devoción es más apropiada a las necesidades de la sociedad moderna, dicen los Padres de los Concilios de Baltimore, de Reims, de Bourges.- Ella combate las pasiones del corazón humano, los errores del espíritu y sobre todo el liberalismo                                       

III. A los tres signos característicos del Liberalismo: el orgullo, el servilismo hacia el estado, el espíritu de división, el Corazón de Jesús opone su humildad, su obediencia y su inmensa caridad.- ¿Qué es lo que no ha hecho el Corazón de Jesús para unir los hombres a Dios, y a los hombres entre sí?- Esta unión no puede existir sino en la verdad. - La comunión de las almas en el amor, seguirá a la de los espíritus en la verdad.- Oración para la conversión de los liberales, aprobada por Pío IX.- La cooperación tan eficaz de María para la renovación de las sociedades por el Sagrado Corazón, está expresada por el título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón                         

IV. Actas de Pío IX, por las que designa al Corazón de Jesús como el remedio de todos nuestros males.- Bula de Beatificación de la bienaventurada Margarita-Maria.- Aprobaciones diversas de la Sociedad de Misioneros del Sagrado Corazón.- Deseo de consagrar la Iglesia al Sagrado Corazón. Suscripciones de fieles, adhesiones a la petición. Cartas de los Obispos. Carta del Arzobispo de Bourges.- Respuesta de Pío IX.- Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos; Acto de consagración al Sagrado Corazón, aprobado por ella                    

V. Actos por los que León XIII continúa y corona la obra de Pío IX.- Aprobación de las Letanías del Sagrado Corazón, del mes del Sagrado Corazón, del Primer Viernes de Mes, de las cofradías y asociaciones en honor del Sagrado Corazón.- Consagración del Género Humano al Sagrado Corazón.- Carta-Encíclica a este sujeto. Fórmula de la Consagración.- Carta de la Sagrada Congregación de Ritos, sobre el desarrollo a efectuar, para dar un culto más ampliado al Sagrado Corazón                                               


CAPITULO IV

El Sagrado Corazón y el Cielo - I


I. Resumen de los capítulos precedentes.- El Sagrado Corazón es el Todo de Dios, su Sacramento viviente, y su verdadero Corazón, para amarnos.- Es por el Corazón de Jesús, que el amor de Dios ha desbordado sobre el mundo y se ha extendido hacia todos los hombres.- Es por la gracia, de la que el divino Corazón es la misma fuente, que Dios se comunica a cada uno de nosotros, en la vida presente.- Esta comunicación se continuará en el cielo por la gloria; pues la gracia, según dice santo Tomás, es el comienzo de la gloria y la gloria es la consumación de la gracia.- El cielo, he aquí el don supremo y postrero del Sagrado Corazón de Jesús                                  

II. El Cielo no es solamente el objetivo final del amor del Sagrado Corazón, es también nuestro fin supremo, y no obstante tristemente apenas si este todo de nuestra vida, encuentra un lugar en nuestras vidas.- ¡Muchos se resignarían a quedarse por siempre en la tierra! Ignorancia de la dicha que nos está reservada en el Cielo.- La tierra es solo una sombra del Cielo.- Todas las alegrías razonables de la tierra, están donadas por Dios, para orientarnos hacia el Cielo.- Estando creados para el Cielo, aspiramos instintivamente a esta felicidad.- El Cielo es la obra por excelencia del amor infinito, es decir, del Corazón de Jesús, de la Caridad Encarnada, es por eso que allí todo será teología; es por la misma razón, que incluso aquí en la tierra, todo es teología aún aquí abajo.- La sociedad materialista y consumista de hoy, no quiere teologías.- Por esto, por falta de teología, se está muriendo.- Pero Jesús, restaurador de todas las cosas, ha preparado un remedio a este mal tan temible.- Es la devoción al Sagrado Corazón.- Esta devoción, en sí misma, es todo un mundo de teología                        

III. Para entrever lo que es el Cielo, necesitamos nociones exactas sobre la naturaleza, sobre la gracia y sobre la gloria.- La naturaleza de un ser, es su semejanza con Dios, más o menos perfecta.- Cuánto más elevado sea este ser, más se parece a Dios.- La inteligencia del hombre, le hace conocer a Dios en las criaturas y su corazón le hace amar en sus obras; después, le glorifica con toda la creación.- Este es el orden natural.- ¡Cuán hermoso es el mundo considerado así!- Pero Dios quiere darse a todos los seres, según su capacidad.- ¿COMO? ¡Por la gracia!   Y este es el orden sobrenatural. Este orden tiene dos fases sucesivas; se llama gracia santificante, aquí, en el tiempo; y se llama gloria, ya en Is eternidad                                             

IV. Definición y naturaleza de la gracia.- Sus efectos maravillosos.- Es el Sagrado Corazón de Jesús que es su fuente.- Gratuidad de la gracia.- ¡Don precioso, infinito! Es para la gracia, que Dios creó la naturaleza                                            

V. El hombre sin la gracia vive en un desorden real, en contradicción con la voluntad de Dios.- Necesita la gracia y no la quiere.- D ahí el malestar, pronto realmente intolerable, de las sociedades contemporáneas.- El mundo, podemos decirlo, está en estado de condenación.- ¿Qué hacer para salvarlo? Hacerle conocer y amar la devoción al Sagrado Corazón. Es el solo remedio ideado por Dios mismo para curarlo.- ¿De qué sirve traer a un asfixiado platos exquisitos, vestidos lujosos? Lo que necesita es aire.- De la misma manera, devolved a las almas la gracia que con tanto amor nos ofrece el Sagrado Corazón, y esas a mas serán salvadas. El orden sobrenatural, está pues superpuesto al orden natural.- Por el segundo, los seres sólo son imágenes de Dios; PC el primero, participan de su vida, en el tiempo por la gracia y en el cielo por la gloria.- Hay una semejanza y una diferencia a la vez entre la gracia y la gloria.- La semejanza consiste en que ambas son el mismo bien, bajo dos formas diferentes. Y la diferencia es esta: que por la gracia, somos portadores, poseedores de Dios, sin poderlo ver, como un tesoro oculto, mientras que por la gloria, le veremos cara a cara      



CAPITULO V


El Sagrado Corazón y el Cielo - II


I. El cielo es la dicha completa de la inteligencia y del corazón, d< mismo cuerpo y de los sentidos.- En el cielo nos veremos; en el cielo nos amaremos.- Veremos a las criaturas y a Dios.- Las criaturas, c decir: los ángeles y los santos, el mundo material.- Primero: Los Ángeles.- Su superioridad.- Su número incalculable, su jerarquía.- Entre ellos, no hay dos que se parezcan perfecta y absolutamente.- Y sin embargo no son más que uno en Cristo.- ¡Qué magnífico espectáculo!- Sin embargo, esto es sólo un primer vistazo, una sección diríamos.- ¿Quién podría contar el número de santos que la tierra ha proporcionado al Cielo? Y ahora, si esas miríadas de estrellas fueran habitadas, como presumen muchos sabios, por seres inteligentes, salidos como nosotros de las manos de Dios, y convocados también a la gloria en la unidad de Cristo, ¿quién podrá predecir su número? ¿Quién podrá describir su variedad, pues todos son diferentes, y quién no estará encantado de pensar que el último de estos elegidos, es más bello que las mayores beldades de la tierra?                       

II. Hay aún un espectáculo más bello: y es María, que resume en misma todas las magnificencias de ángeles y santos, sean los que sean. Un titulo compendia todas esas grandezas, y es el de Nuestra Señora d Sagrado Corazón.- Ved aún, un espectáculo tremendamente grandioso que se desenvuelve, y es Jesús, el Jefe de la Humanidad, el Rey inmortal de toda criatura; y en Jesús, en su Corazón Sagrado, fuente de gracia y de gloria, plenitud infinita de quien todos los elegidos reciben este esplendor de luz cegadora                                  

III. La antigua rebeldía de los ángeles, dejó plazas vacías entre elle Dios no ha creado nuevos ángeles para reemplazar a los demonios.- Somos los destinados a este honor.- Hay Santos, mezclados con los órdenes de Angeles Superiores y que ven a Dios mejor que los ángeles inferiores                                                

IV. Belleza de los cuerpos en el Cielo.- Cualidades de los cuerpos glorificados.- Desarrollo de las cualidades que teníamos en la tierra con probable aparición de muchas facultades nuevas.- Los cuerpos de los Santos, serán todos diferentes los unos de los otros; cada uno tendrá su esplendor natural                                     

V. Los Santos serán multitudes.- Entre los hombres que han existido y existirán, ¡testimonios dignos de fe afirman que será la mayoría los que se salvarán!- Pruebas de esta opinión.- Refutación de las objeciones.- Esta doctrina consoladora se armoniza perfectamente con la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.- Cada alma beatificada considerará este divino Corazón como la fuente y la causa de su salvación le deberá su felicidad y su Cielo                    


CAPITULO VI

El Sagrado Corazón y el Cielo - III


I. Sabemos lo que son los ángeles en el Cielo, y lo que serán los cuerpos de los santos, pero, ¿qué sucederá con el mundo material, después de la resurrección general?- Nada será destruido de lo que fu creado.- Es por el Cristo que el mundo existe, y todo lo que es de Cristo. Y este es el orden sobrenatural. Este orden tiene dos fases sucesivas; se llama gracia santificante, aquí, en el tiempo; y se llama gloria, ya en la eternidad                                              

IV. Definición y naturaleza de la gracia.- Sus efectos maravillosos.- Es el Sagrado Corazón de Jesús que es su fuente.- Gratuidad de la gracia.- ¡Don precioso, infinito! Es para la gracia, que Dios creó la naturaleza                                             

V. El hombre sin la gracia vive en un desorden real, en contradicción con la voluntad de Dios.- Necesita la gracia y no la quiere.- De ahí el malestar, pronto realmente intolerable, de las sociedades contemporáneas.- El mundo, podemos decirlo, está en estado de condenación.- ¿Qué hacer para salvarlo? Hacerle conocer y amar la devoción al Sagrado Corazón. Es el solo remedio ideado por Dios mismo para curarlo.- ¿De qué sirve traer a un asfixiado platos exquisitos, vestidos lujosos? Lo que necesita es aire.- De la misma manera, devolved a las almas la gracia que con tanto amor nos ofrece el Sagrado Corazón, y esas almas serán salvadas. El orden sobrenatural, está pues superpuesto al orden natural.- Por el segundo, los seres sólo son imágenes de Dios; por el primero, participan de su vida, en el tiempo por la gracia y en el cielo por la gloria.- Hay una semejanza y una diferencia a la vez entre la gracia y la gloria.- La semejanza consiste en que ambas son el mismo bien, bajo dos formas diferentes. Y la diferencia es esta: que por la gracia, somos portadores, poseedores de Dios, sin poderlo ver, como un tesoro oculto, mientras que por la gloria, le veremos cara a cara     



CAPITULO V


El Sagrado Corazón y el Cielo - II


I. El cielo es la dicha completa de la inteligencia y del corazón, del mismo cuerpo y de los sentidos.- En el cielo nos veremos; en el cielo nos amaremos.- Veremos a las criaturas y a Dios.- Las criaturas, es decir: los ángeles y los santos, el mundo material.- Primero: Los Angeles.- Su superioridad.- Su número incalculable, su jerarquía.- Entre ellos, no hay dos que se parezcan perfecta y absolutamente.- Y sin embargo no son más que uno en Cristo.- ¡ Qué magnífico espectáculo!- Sin embargo, esto es sólo un primer vistazo, una sección diríamos.- ¿Quién podría contar el número de santos que la tierra ha proporcionado al Cielo? Y ahora, si esas miríadas de estrellas fueran habitadas, como presumen muchos sabios, por seres inteligentes, salidos como nosotros de las manos de Dios, y convocados también a la gloria en la unidad de Cristo, ¿quién podrá predecir su número? ¿Quién podrá describir su variedad, pues todos son diferentes, y quién no estará encantado de pensar que el último de estos elegidos, es más bello que las mayores beldades de la tierra?                         

II. Hay aún un espectáculo más bello: y es María, que resume en sí misma todas las magnificencias de ángeles y santos, sean los que sean. - Un titulo compendia todas esas grandezas, y es el de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.- Ved aún, un espectáculo tremendamente grandioso que se desenvuelve, y es Jesús, el Jefe de la Humanidad, el Rey inmortal de toda criatura; y en Jesús, en su Corazón Sagrado, fuente de gracia y de gloria, plenitud infinita de quien todos los elegidos reciben este esplendor de luz cegadora                                   

III. La antigua rebeldía de los ángeles, dejó plazas vacías entre ellos. Dios no ha creado nuevos ángeles para reemplazar a lose demonios.- Somos los destinados a este honor.- Hay Santos, mezclados con los órdenes de Angeles Superiores y que ven a Dios mejor que los ángeles inferiores                                                 

IV. Belleza de los cuerpos en el Cielo.- Cualidades de los cuerpos glorificados.- Desarrollo de las cualidades que teníamos en la tierra; con probable aparición de muchas facultades nuevas.- Los cuerpos de los Santos, serán todos diferentes los unos de lose otros; cada uno tendrá su esplendor natural                                      

V. Los Santos serán multitudes.- Entre los hombres que han existido y existirán, ¡ testimonios dignos de fe afirman que será la mayoría los que se salvarán!- Pruebas de esta opinión.- Refutación de las objeciones.- Esta doctrina consoladora se armoniza perfectamente con la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.- Cada alma beatificada considerará este divino Corazón como la fuente y la causa de su salvación y le deberá su felicidad y su Cielo                        


CAPITULO VI


El Sagrado Corazón y el Cielo -III


I. Sabemos lo que son los ángeles en el Cielo, y lo que serán los cuerpos de los santos, pero, ¿qué sucederá con el mundo material, después de la resurrección general?- Nada será destruido de lo que fue creado.- Es por el Cristo que el mundo existe, y todo lo que es de Cristo, no perecerá jamás.- Habrá en el Universo cambios de forma, pero no de substancia, lo que producirá unos cielos nuevos y una nueva tierra.- Este mundo renovado, alegrará los ojos de lose santos y mostrará a Dios en sus obras mejor que hoy. Descripción de la Jerusalén celeste por san Juan.- Tan fascinante como es, está muy por debajo de la verdad. - Dios dará a nuestros ojos una potencia de vista sorprendente, tan maravillosa como la del microscopio más perfeccionado. Si lo tuviéramos aquí abajo, nuestras piedras más vulgares, ¿no nos parecerían jaspe o zafiro? ¡Y si la luz fuera más intensa!                         

II. ¿Habrá en el cielo, como aquí abajo, movimientos de astros y vegetación de plantas? ¿ Existirán los animales? Autores muy serios lo admiten.- Pruebas que dan para ello.- Este mundo material, elevado a un orden superior, mostrará a Dios en todas partes, más que nunca, en sus bellezas transparentes.- Pero, ¿las plantas, los animales, morirán en este mundo nuevo?- No, responden los autores católicos y teólogos profundos.- Razones que aportan                           

III. ¿Disfrutaremos con este mundo regenerado? Sí, pues Dios lo ha preparado para estas criaturas.- Es para Jesús primero, y luego para María, y por nosotros todos y para los ángeles.- Multiplicidad de pruebas que atestan esta verdad.- Se objeta que tales placeres, distraerán de la contemplación de Dios.- Sí, como el retrato de un padre, amado tiernamente, distrae de la persona que representa.- Dicen también, Dios basta, ¿para qué otros placeres?- Sí, pero no le basta a Dios de hacer lo que nos bastaría. En el orden de la naturaleza, como en el de la gracia, ¡ cuántos dones no nos prodiga, sin estar obligado a ello ! - Otras objeciones refutadas.- ¿Por qué en el mundo de aquí abajo, tantas bellezas ocultas, tantas fuerzas desconocidas, tantas magnificencias acumuladas, y que jamás podremos disfrutar?- ¿No será acaso, que habiendo sido hechas para el hombre, llegará finalmente el día en que las conoceremos y disfrutaremos, para glorificar a su Autor?          


CAPITULO VII

El Sagrado Corazón y el Cielo - IV


I. Visión intuitiva.- Su definición.- Todas las perfecciones de las criaturas, están reunidas en Dios.- Dios las posee sin límites.- El es el océano del que hemos recibido algunas gotas. Nosotros veremos a ese Dios ilimitado, tal como es. Como es infinito, no veremos jamás todo lo que es.- No habrá en el cielo dos elegidos que disfruten en el mismo grado, de la visión beatífica.- Esta inigualdad, será debida a nuestros
méritos. La dicha del cielo irá creciendo siempre.- Este progreso, sin embargo, no cambiará nada en la jerarquía de los elegidos, pues en el cielo ya no merece más.- Como en la tierra, en el cielo también habrán fiestas.- Viendo a Dios en el cielo y amándole, estaremos satisfechos de ser una de sus revelaciones, una palabra viviente que lo anuncia, expresándolo y comprendiéndose a sí mismo.- Cada uno de nosotros será una palabra aparte, diciendo de Dios lo que ningún otro dirá: de donde viene la palabra Benedicti, Bien-dichos, dada a los elegidos.- En el cielo nuestras faltas serán conocidas?- Sí, a fin de que se difunda más la misericordia del Corazón de Jesús, que las ha perdonado.- Divergencia de sentimientos con Mons. Gay, sobre la ciencia de los bienaventurados.- No; Dios, Jesús, María, no serán nunca perfectamente comprendidos     








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